Aprender a la velocidad del pensamiento


En los últimos 20 años el ritmo al que cambian las cosas se ha vuelto vertiginoso, a tal punto que la única cosa que es constante es el cambio. Esto nos impone la necesidad de estar aprendiendo constantemente cosas nuevas, y las personas que no lo hacen se quedan inevitablemente atrás.

Hay algo que agrava aún más esta situación y es la creciente velocidad a la que cambian las cosas. Si piensas un poco, aquel programa de informática que con tanto esfuerzo aprendiste en el año dos mil, y que tuviste que invertir meses y dinero, hoy en día no te sirve para absolutamente nada.

Por esto en el siglo XXI, uno de los principales requisitos para simplemente sobrevivir es lo que yo llamo “aprender a la velocidad del pensamiento”. Si no somos capaces de absorber nueva información y aprender nuevas habilidades en corto tiempo, nos quedaremos rezagados y cada vez estaremos más a la cola.

Las nuevas generaciones ya lo traen en su ADN prácticamente. Si no lo crees, solo fíjate en la facilidad que tienen los niños pequeños de aprender a usar un ordenador, lo hacen sin necesidad de profesor o manual, cuando a muchos de nosotros nos tomó meses, libros, profesores y un largo etcétera lograrlo.

Para incrementar la rapidez con la que se aprenden cosas, hay que empezar por someterse de forma proactiva a un proceso de aprendizaje constante. Esto pasa por asistir a cursos con mucha frecuencia, leer los periódicos cada día, adoptar las nuevas tecnologías que se presenten en nuestro campo, asistir a conferencias y estar involucrado en actividades diferentes constantemente.

Recuerda, este es tan solo el peaje de entrada para poder entrar a la autopista de alta velocidad en la que vivimos.

Mi “Switch” de Windows a Mac…un año y medio después


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Durante muchos años fui usuario de Windows, y llegué a ser un usuario muy avanzado: sabía cómo configurar hasta los más mínimos detalles, cómo resolver problemas complejos que siempre generaban muchos dolores de cabeza a otros usuarios. Además lo defendía a ultranza contra otros sistemas como Lynux y Mac OS, alegando un sinfín de motivos por los que era mejor trabajar con windows.

Allá por el año 2002 fue la primera vez que me puse a curiosear un ordenador Apple (era un iMac G4)y la verdad es que quedé “flechado” por el rico entorno gráfico que ofrecía Mac OS. Aún así consideraba que era un sistema muy cerrado, que estaba orientado a personas del mundo creativo y que me daría muchos problemas de compatibilidad. A todos estos razonamientos, había que añadir que el costo de un ordenador Apple era bastante más alto por aquel entonces que el de un ordenador con Windows, con lo que ya quedaba totalmente descartada la opción de cambiarme.

A lo largo de los años Apple fue lanzando nuevos ordenadores, cambiando su política de precios y también mejorando la compatibilidad. La campaña de “Hello I’m a Mac” me caló muy hondo, ya que el trabajar con Windows siempre implicaba que cada x tiempo tenía que formatear mi ordenador y volver a instalar TODO el software de nuevo, lo que significaba invertir muchas horas solamente en esto, que realmente era tiempo que no me servía para nada.

La idea de tener un ordenador que “simplemente funcionaba” me llamaba mucho la atención, además de el diseño tan atractivo de todos los productos de esta marca era algo sumamente tentador, ya que tengo una gran debilidad por los aparatos electrónicos y sobre todo si tienen un elemento diferenciador importante. Siempre me ha gustado estar a la vanguardia de la tecnología y esta marca ha sabido vender muy bien sus productos como algo de ultima generación.

Todo esto me llevó a tomar la decisión en 2007 de comprar un Macbook de 13”, de color negro. El ordenador era precioso y sumamente portátil, tenía el sistema operativo OS X Tiger. Les he de decir que este primer encuentro con un ordenador Apple fue sumamente frustrante. Era la primera vez que usaba a fondo el sistema Mac OS X, y a pesar de que todos los que lo conocían me hablaban de que era una maravilla yo estaba realmente desilusionado. Se me hacía todo tan complicado, no entendía el teclado, no lograba crear accesos directos en el escritorio, lo que antes podía hacer en unos pocos segundos ahora me tomaba minutos. Lo peor fue cuando intenté conectarme al servidor de mi empresa a través de el programa de Escritorio Remoto de Microsoft, el password que tenía asignado tenía unos caracteres especiales que nunca logré introducir y por ende nunca pude acceder al servidor. Esto fue lo que me hizo tomar la decisión de devolver el portátil a la tienda, ya que en ese entonces trabajaba mucho desde casa.

Devolví el Macbook, y llegué a la conclusión de que no era un ordenador diseñado para el mundo empresarial, que no estaba orientado a la alta productividad (por no haber encontrado muchos atajos de teclado y otros similares), y que en resúmen no era para lo que yo lo quería. Me dio mucho pesar porque siempre había tenido la ilusión de trabajar con un ordenador Apple y tenía amigos que habían hecho el cambio y se me hacía muy extraño que para ellos no hubo vuelta atras.

Me compré un Sony VAIO, ya que igualmente necesitaba cambiar mi viejo portátil que ya se había quedado obsoleto. Volví a la seguridad de un entorno conocido, aun tratándose del tan criticado Windows Vista. He de decir que de todos los portátiles con Windows que había tenido este era el más fiable y veloz. Aun así me daba los mismos problemas del Windows de siempre, había que instalar muchos drivers para que funcionara al 100%, con el tiempo se ralentizaba, y al final había que formatear el ordenador cada x tiempo, aunque en este caso no era con tanta frecuencia.

Siempre seguía con la inquietud de tener un Mac, y empecé a curiosear el sistema operativo usando ordenadores de otros amigos y me fui familiarizando cada vez más, hasta el punto que podía trabajar relativamente sin problemas en este entorno. Mac ya había lanzado una nueva versión de su sistema operativo el Mac OS X Leopard, que ofrecía nuevas características que me resultaban muy interesantes. Para no hacer más larga la historia, en 2009 me decidí a volver a intentarlo y me compré un Macbook Pro de 15, animado también por el anuncio de una nueva actualización del sistema operativo al Mac OS X Snow Leopard. Además la versión del portátil acababa de ser renovada y mejorada, ahora tenía un procesador más rápido, una batería que duraba 4 horas, una nueva carcasa Unibody y otras características que lo hacían una muy buena opción.

Ahora sí puedo decir que no hay vuelta atrás. Llevo poco más de un año y medio con mi Macbook Pro y estoy realmente satisfecho. Y a continuación les explico porqué.

HARDWARE. Primero, los ordenadores Apple simplemente tienen el mejor diseño del mercado, tanto a nivel estético como funcional, no hay un botón de más, y tampoco falta ninguna función o prestación en el hardware. Segundo la calidad de los componentes y materiales es excepcional: baterías de muy larga duración, cable de alimentación con sistema magsafe para evitar que nos carguemos el ordenador si tropezamos con el cable, sensor de luz, cámara iSight de alta resolución y un largo etcétera.

SOFTWARE. El sistema Mac OS X es según muchos periodistas informáticos, entre ellos Walt Mossbert, el más avanzado del mercado, aunque con el lanzamiento de Windows 7 la distancia entre las dos plataformas se ha acortado. Aún así, Apple siempre ha gozado de mejor reputación que Microsoft en desarrollo de sistemas operativos, una prueba de ello es que la ultima entrega de Mac OS X Snow Leopard mejora en un 50% la velocidad del equipo y ocupa 7 GB menos que la versión anterior (para ver todas las mejoras hacer clic aquí); cuando todos sabemos que en el caso de Windows con cada nueva versión que han ido sacando al mercado era necesario comprar un ordenador nuevo o bien hacerle una actualización al hardware de nuestro actual equipo.

Además el sistema operativo ofrece muchas más posibilidades que hace que el Windows parezca un sistema arcaico y limitado. Yo destacaría principalmente las siguientes funciones:
– Time Machine. Un programa para hacer copias de seguridad del ordenador entero, que hace sumamente fácil recuperar un archivo e incluso restaurar todo el sistema en caso que sea necesario, y todo esto de forma sumamente sencilla.
– iLife. Esta suite de gestión de contenidos multimedia sea quizá de las características que hacen de un Mac algo único. Se trata de un conjunto de 4 programas que permiten trabajar con fotografías, video y música, y además crear y gestionar páginas web. Todo esto con unos acabados profesionales, con la sencillez de uso que siempre ha caracterizado a Apple.
– Spotlight. Esta es una herramienta sumamente útil y a diferencia de la burda copia que hizo microsoft a partir de Windows Vista, permite encontrar archivos y programas dentro de nuestro ordenador con una velocidad impresionante, además de ofrecernos diferentes parámetros para ajustar al máximo posible nuestra busqueda.
– Preview. Este sencillo programa es una herramienta sumamente potente para gestionar archivos PDF, a tal punto que en muchísimos casos no necesitaremos ni el Acrobat Profesional ni el Reader.
– Spaces. Esta herramienta permite la creación de pantallas de trabajo para uso específico, que se puede personalizar a nuestro gusto de forma que automáticamente cada vez que abramos una aplicación ésta aparezca en uno de los espacios deseados. Es especialmente util para poder mantener nuestro escritorio ordenado y evitar la sensación de caos que se puede generar al trabajar con varias aplicaciones abiertas a la vez.
– Exposé. Esta función nos permite visualizar todos los programas abiertos en cada espacio de trabajo. Presenta una miniatura de cada una, de forma que podemos identificar fácilmente cuál de las aplicaciones queremos activar.
– Instalación y eliminación de aplicaciones. En la mayoría de los casos, es un proceso de arrastrar el icono de una aplicación a la carpeta de programas para la instalación y el eliminarla para su desinstalación.

Estas son algunas de las funciones que diferencian el sistema Mac OS del Windows Vista y sus predecesores. Hay muchas otras que lo hacen un entorno sumamente práctico y agradable. Hay que destacara también su rapidez de arranque y apagado, así como la seguridad que ofrece. No he necesitado instalarle antivirus a mi ordenador, además de que existen opciones de encriptado en caso que se desee usar seguridad adicional para el acceso a los archivos y sistema..

COMPATIBILIDAD.
Sé que este es uno de los principales motivos que generan dudas, para mi lo era. He de decir que durante este tiempo no he tenido casi ningún problema de compatibilidad, a excepción de alguna página de internet que estaba diseñada para Internet Explorer, pero estamos hablando de dos webs en un año y medio de navegación por lo que es practicamente cero. Además estas páginas no se podrían visualizar bien en un ordenador con Windows usando un navegador que no sea el de Microsoft por lo que no es realmente un problema del sistema operativo sino de compatibilidad de la página visitada.
Hay muchos programas que están en todas las plataformas, ahora incluso hay una versión para Mac OS del Autocad. Hay páginas en internet que también ofrecen listados de programas equivalentes a versiones que solamente se encuentran en Windows.

RESÚMEN.
Mi experiencia general con un ordenador de Apple y con el sistema operativo Max OS X Snow Leopard ha sido sumamente positiva. Es muy fiable, fácil de usar, ofrece muchas posibilidades de personalización y su diseño y software lo hacen la mejor elección. No se trata de un sistema exclusivamente para personas dedicadas a tareas creativas, es una excelente herramienta de negocios gracias a su fiabilidad y la calidad de sus componentes. Como todo nuevo sistema requerirá un tiempo de aprendizaje para las personas que lo usen por primera vez, yo les recomiendo empezar a curiosear con el ordenador de conocidos para que vean un poco la operativa, lo que sí les aseguro es que el tiempo de adaptación es menor que si tuvieran que aprender el Windows desde cero.

Empresarios 2.0


La web 2.0 cada vez está siendo usada por más y más personas. Aún hay muchas personas del mundo corporativo y empresarial que no han dado el salto a esta plataforma interactiva.
Esta semana que estuve de visita por trabajo en la ciudad de México, me llevé la grata sorpresa de ver cómo unos clientes están activamente usando twitter tanto a título personal como para su empresa.
Aún queda recorrido para que sea una herramienta empresarial ampliamente extendida en el mundo. Poco a poco irán entrando en el mundo de los negocios nuevas generaciones que verán con total normalidad el uso de herramientas 2.0.
Creo que esta plataforma ofrece unas posibilidades al mundo de la empresa que aún no se están aprovechando en su totalidad.
La web 2.0 nos permite la difusión de contenidos a unos costos mucho más bajos que los medios de comunicación tradicionales (televisión, radio y medios impresos). Además de una forma más eficaz, ya que podemos dirigir los esfuerzos de comunicación de una manera más enfocada.
Las grandes empresas ya están empezando a usar los blogs y redes sociales como Centros de Atención al Cliente, así como para difundir noticias sobre sus productos. Se están dando cuenta que es un medio que cada vez se hace imprescindible, y cada vez lo será más a medida que se van incorporando a estas plataformas personas de edades más adultas.
Cuando se habla de web 2.0 la mayoría pensamos únicamente en Facebook, Twitter, Tuenti, WordPress y Blogger. En realidad hay un sinfín de herramientas disponibles, que ofrecen una amplia variedad de ventajas y cuáles usar dependerá también de qué se quiera hacer.
El gráfico siguiente extraído de la web de Internality es muy ilustrativo del universo 2.0 y las diferentes herramientas que podemos usar.

El mundo está cambiando a un ritmo cada vez más rápido, y cada vez es más cierta la frase de “renovarse o morir”.
Y tú, ¿usas la web 2.0 como instrumento de negocios? ¿Cómo?